Fundamento

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Dado que el fundamento es la base a partir de donde se construye todo, nuestro fundamento es D-s, y es a partir de Él que construimos esta asociación civil, Él bendito Es, es nuestro punto de partida, por lo que es de gran importancia intentar definir nuestro Fundamento, aquí les transcribo los primero 8 apartados del Mishné Torá (repetición de la Torá1), del libro Los Fundamentos de la Torá’ (Hiljot Ysodé HaTorá), del Rambám2 de bendita memoria.

1. “El fundamento de todo fundamento y base de toda sabiduría (y conocimiento), es saber que hay una Existencia primera y ella es la que hace existenciar todo lo existente, desde lo celestial a lo terrenal y lo que hay entre ellos, no existe sino por la verdad de aquella existencia.

2. (De tal manera que) si pudiéramos imaginar que Él no existiera, no habría nada que pudiera existir.

3. Y si pudiéramos suponer que ninguna existencia existiera salvo Él, solamente Él existiría y nada se anularía en Él con la anulación de las otras existencias; porque todo lo existente precisa de Él y Él (bendito Es) no precisa de ellos [en general] ni de alguno de ellos en [particular]. Por lo tanto, no se puede equiparar Su verdad con la de alguno de ellos.

4. Esto es lo que el profeta dice: “El Eterno es el Dios verdadero” (Yirmeyahu [Jeremías] 10.10), Él sólo es verdad y no hay en otro una verdad como la Suya, eso es lo que la Torá dice: “…el Eterno es el verdadero Dios y no hay ningún otro fuera de Él” (Devarim 4.35) y también dice: “sabrás hoy y confirmarás en tu corazón que el Eterno es el único Dios en el cielo y en la tierra. No hay ningún otro” (Devarim 4.39), es decir no hay una Existencia verdadera fuera de Él, como la de Él.

5. La Existencia, a la que nos referimos, es el Dios del universo, Señor del mundo entero. Es Él Quien conduce la esfera celestial [universo] en continuo movimiento con una fuerza que no tiene fin ni límite, una fuerza ininterrumpida; por ser que la esfera celestial está en continuo movimiento, y es imposible que se mueva sin que alguien la haga mover sin mano ni cuerpo.

6. Saber esto es un precepto, tal como versa: “Yo Soy el Eterno Tu Dios” (Shemot 20.2) y todo aquel que supone Exista otro Dios fuera de Éste está transgrediendo el precepto que dice: “No tendrás otros dioses fuera de Mí” (Shemot 20.3), ya que con este pensamiento reniega del principio básico del cual todo depende.

7. El Dios al que nos referimos es Uno, no son dos ni más de dos, sino una Unidad Absoluta que no puede ser comparada con ninguna otra unidad existente en el universo. No es una especie compuesta por varías unidades, ni tampoco una unidad física, de manera que pueda ser divisible o limitada, sino que es una Unidad que no existe otra similar a ella en el universo. Si hubiera varios dioses, forzosamente deberían ser corpóreos o con forma, porque los entes se diferencian unos de otros por los accidentes que les ocurren a los cuerpos o a las formas. Y si el Creador tuviera cuerpo o forma, tendría que tener límite y fin, la fuerza que de Él emana, también tendrá límite y fin. Pero con nuestro Dios (Bendito sea Su Nombre), por ser que Su poder es ininterrumpido e ilimitado, ya que el universo está en constante movimiento, concluimos que Su poder no es una fuerza corporal. Por ser que es incorpóreo, no se le puede aplicar parámetros físicos para separarlo o diferenciarlo de otro, por lo tanto es imposible concebir que sea sino Uno. Saber esto es un precepto, como versa: “El Eterno nuestro Dios es Uno” (Devarim 6.4).

8. En efecto, consta expresamente en la Torá y los profetas, que el Santo bendito Él es incorpóreo y no tiene forma, pues está escrito: “sabrás hoy y confirmarás en tu corazón que el Eterno es el único Dios en el cielo y en la tierra” (Devarim 4.39), y como es lógico, algo físico no puede estar en dos lugares al mismo tiempo. Así también, fue dicho: “Pues no viste imagen alguna” (Devarim 4.15) y está escrito: “¿Con quién me compararán para que Yo sea igual?” (Yeshayahu [Isaías] 40.25) y si fuera corpóreo se asemejaría en algún aspecto a los demás cuerpos.

Nuestro fundamento es D-s, nuestro amado Padre. El Rambam de bendita memoria nos ha dado definiciones absolutas que nos permiten tener una comprensión de D-s y de esta manera tener la concepción correcta, ver la majestuosidad del Creador y a su vez al saber que Él trasciende todas las definiciones que hubiésemos tenido, y darnos cuenta que ninguno de los fenómenos que nos suceden a Él bendito Es le afectan, que es Eterno e imprescindible, trae la gran pregunta de ¿Por qué crear al hombre? No es nuestro tema explicar esto, sino solamente, que podamos ver la gran implicación de que Él bendito Es haya creado al hombre, al hacer este mundo y sustentarlo, y luego entregarlo por completo al hombre, procediendo Él a ocultarse en lo que llamamos naturaleza. Dando una libertad y a su vez responsabilidad para finalizar Su Creación, pidiéndonos que nos volvamos Sus socios, como esta escrito en Bereshit 1.26: “Hagamos un hombre…”. Dicen los sabios de Israel, que estas palabras van dirigidas a nosotros, el Eterno desea que nosotros seamos Sus socios y trabajemos en nosotros para ser hombres de verdad. Es por ello que Rabí Hilel de bendita memoria nos dice: “Donde no haya hombres, esfuérzate por serlo tú” (Pirkey Avot [Tratado de Ética de nuestros padres]. Capítulo II. Enseñanza 5). No existen excusas, debemos esforzarnos en adquirir buenos atributos, en purificar nuestras almas y ser cada día mejores personas. Y si quizá pensemos que no hay quien nos enseñe como conseguir esto, el más sabio de todos los hombres de la historia Shelomó HaMelej (El Rey Salomón) nos dice en su libro Kohelet (Ecleciástes) 12.13-14: “Habiendo sido todo escuchado, he aquí la conclusión del asunto: ‘Teme a Dios y cumple Sus mandamientos porque en eso está el hombre íntegro. Por cuanto Dios traerá a juicio toda obra, toda cosa encubierta, ya sea buena o no buena. Habiendo sido todo escuchado, he aquí la conclusión del asunto: ‘Teme a Dios y cumple Sus mandamientos porque en eso está el hombre íntegro.

Es nuestro deber ser hombres íntegros y nuestra responsabilidad aprender, respetar y llevar a la acción las leyes Divinas, porque es aquí donde radica nuestra diferenciación respecto a los animales, es a través de ejercer nuestra libertad de elección donde precisamente se pone aprueba nuestro temor de D-s. Esta escrito en el Tratado de Berajot (Bendiciones) 33a:Todo esta en manos del Cielo salvo el temor reverencial al Cielo”. Es este temor el que debemos aprender, y justamente cuando somos conscientes de Quién es D-s, es cuando se despierta este temor hacia Él, y se hace Su voluntad. Dice Moshé en Devarim 30.15-16: “…he puesto ante ti la vida y el bien; también la muerte y el mal. Si haces lo que te ordeno hoy, andando en los caminos del Eterno tu Dios y cumpliendo Sus mandamientos y preceptos, vivirás y te multiplicarás… Pero si tu corazón se desvía y en vez de escuchar la voz del Eterno, te postras ante otros dioses y los sirves, declaro que de seguro pereceréis…. De tal manera que si ya es de conocimiento que hay un sólo D-s y la persona en su necedad quiere servir a la ilusión o no existencia, tendrá un castigo. Ahora bien, ¿Qué pasa con el que ha transgredido y retorna de sus malos caminos?

En Shemot 18.10 está escrito: “Y Yitró dijo: ‘Bendito sea el Eterno que les salvó de la mano de los egipcios y de Faraón. Compruebo ahora que el Eterno es más grande que todos lo dioses ya que lo ha demostrado castigando en sobremanera a los egipcios por su maldad’”.

Cada hombre que esta leyendo esto, sabe que HaShem bendito Es, es el Único D-s arriba en los cielos y debajo de la tierra, y que no existe nadie más. Por que al igual que Yetró, ha recorrido tantos caminos de idolatría a lo largo de su vida, que nadie puede reírse de ellos, porque saben que en cada lugar que estuvieron llevaron a su máximo esplendor la idolatría en la que estaban, volviéndose expertos en cada uno de los caminos recorridos. De tal manera que cuando se encuentran con la verdad y la hacen suya, exclaman en reconocimiento de esta: “¡no existe ningún dios pagano que yo no haya servido!, y declara: ‘Pero el Poder de D-s es más grande que todos ellos’”. Esta es la convicción que surge en cada hombre cuando se vuelve consciente de los grandes milagros que HaShem bendito Es hizo y hace por el Pueblo de Israel y esto lo lleva a acercarse más y más a este Pueblo y al hacer esto se esta acercando cada vez más al Santo bendito Es, porque sabe y reconoce que en este pueblo se encuentra la verdad y sigue las enseñanzas de este. Y nos enseñan los sabios que cuando un idolatra que se ha adentrado tanto en el servicio a ídolos, y reconoce la verdad en público puede hacer el más grandioso Kidush HaShem (Santificación del Nombre de D-s), cuando dice: “Yo sé que HaShem es más grande que todos los otros poderes”.

Otro verso importante, es lo escrito en Shemot 18.19: “Permiteme que te aconseje y Dios será contigo. Sé tú el representante del pueblo ante D-s y tú encomendarás los problemas a Dios. En cuanto a las leyes y las enseñanzas divinas esta bien que les muestres el camino por el que deben andar y lo que deben hacer, pero debes escoger del pueblo hombres capaces, temerosos de Dios, adictos a la verdad y enemigos del dinero mal habido, y los pondrás por jefes de millares, jefes de cientos, jefes de cincuentenas, jefes de decenas. Y juzgarán al pueblo en todo momento. Sólo te traerán las cosas mayores, pues ellos juzgarán las pequeñeces. Con ello, se aliviará tu trabajo porque ellos lo compartirán contigo. Si así lo hicieras y si el Eterno te comunica Sus mandatos, podrás soportar la tarea y todo este pueblo irá a su lugar en Paz”.

Hay un Midrash3 en referencia a estos versículos que nos dice: “Moshé escuchó el buen consejo de su suegro. Relativo a él, Shelomó HaMelej enunció en Mishlé (Proverbios) 12.15: ‘Quien acepta consejo es sabio’ (Midrash Lekaj Tov)”. Preguntan los Sabios de bendita memoria: ¿Por qué Moshé no había designado Jueces antes que Yitró lo aconsejara?¿Por qué nunca había pensado acerca de esta aparentemente simple solución el mismo? Nos dicen los Sabios que Moshé había recibido el mandamiento de HaShem de designar Jueces. Sin embargo, le fue ocultado a fin de que Yitró tuviera el mérito de esta parashá (SIFRI). Entonces vemos lo hermoso que es para HaShem aquél que deja la idolatría y vuelve a Él bendito Es, esa es la misma posición que tiene un Noájida y de alguna forma lo escondido en esta Parashá independientemente de que Yitró se haya convertido, es un mensaje muy sublime que el Rebe Najmán de bendita memoria nos enseña del por qué Yitro debería dar este consejo: “Yitró provenía de la idolatría y había experimentado mucho mal. Pero aun así fue capaz de rechazar ese mal, pudo purificarse, acercarse a D-s. Así, fue específicamente Yitró quien le aconsejó a Moshé el establecimiento de un sistema judicial, pues él había ejercitado la inteligencia judicial al saber cuándo acercar y cuándo rechazar (Likutey Halajot4 V, p. 210)”.

Ahora bien, siguiendo la idea del Rebe Najmán de bendita memoria, es que podemos ver que aquel que ha podido juzgar entre lo bueno y no bueno, es decir, discernir entre todas las idolatrías existentes y llegar a la verdad, a él le corresponde Establecer las Leyes y las Cortes de Justicia. Al hacer esto hace de este mundo una morada para HaShem, porque a través de estas como esta escrito en el Meam Loez5 (Shemot 21), el hombre no se comerá el uno al otro, y logrará establecer Justicia, Verdad y Paz. Además el Meam Loez nos revela que estas leyes fueron entregadas antes que el resto de la Torá y aun antes de que los Israelitas se acercaran al Sinai. Esto es así, porque antes de que la Torá pueda ser recibida el Pueblo debe estar unido, como un sólo hombre, y deben poseer un sólo corazón, en paz, amistad y hermandad, sin ningún tipo de odio infundado. La base de la Torá es la paz; y esta constituye el pilar sobre el cual se apoya todo lo demás. Así, D-s entregó las leyes sociales antes de entregar cualquiera de los otros mandamientos de la Torá. Y vemos que el consejo de Yitró: “Toda la nación volverá a su lugar en paz” (Shemot 19.23), quiere decir que si había jueces que escucharán las quejas de las personas y que arbitrarán entre ellos, la nación viviría en paz y prosperidad. Es por eso que se enseña que el mundo esta sostenido por tres pilares:la Ley, la Verdad y la Paz. El primero depende de un juez, quien debe saber como juzgar un caso objetivamente, y reconocer la mentira. El segundo depende de los testigos, quienes deben tener cuidado de no dar testimonios falsos y el tercer pilar depende de los litigantes. Ya sea que uno sea exonerado o declarado culpable, debe aceptar el veredicto en forma positiva. Ello quita la controversia existente entre ambos, y pueden irse como si nunca hubiese habido una disputa entre ellos.

Ahora bien esto nos lleva a elegir Jueces que den un veredicto honesto, ya que solamente así, es un socio de D-s en el acto de la creación. Eso se debe a que D-s quiere que la civilización exista; sin embargo, con la deshonestidad, los transgresores pueden llevar este mundo a la ruina. De tal manera que si un Juez se preocupa por recuperar bienes que fueron deshonestamente adquiridos y los regresa a sus dueños legítimos, entonces se convierte en socio de D-s en la preservación de la civilización; y está así haciendo la voluntad de D-s. Está escrito en Tehilim 99.4: “La fuerza del Rey es que Él ama la Justicia”. D-s ama a todos aquellos que administran justicia, cada uno haría lo que quiere, porque no tendría a nadie a quien temerle. Poco a poco cometería muchos pecados y la Torá sería olvidada. Pero cuando se administra justicia, y se respeta la ley, la nación aprende; y en un medio tan honesto florece la civilización. Cuando las personas manejan sus negocios legalmente, también respetan todas las demás leyes que le competen. Entonces el crimen y las transgresiones dejan de existir.

Ahora bien vemos que en el consejo dado por Yitró a Moshé, menciona que los hombres elegidos deben tener las siguientes virtudes:

1. Deben ser hombre capaces, calificados para ser líderes. No sólo deberán poseer un vasto conocimiento de la Torá, sino que también deben saber como tratar con la gente. Deben ser personas ricas, no de bienes materiales, sino del conocimiento de la Torá. Deberán ser tan expertos que, cuando surja cualquier pregunta, deberán poder ofrecer una respuesta inmediata. Además, deben ser hombres que sepan tomar la iniciativa. Si se presentan problemas, deberán saber corregirlos. Si una persona le quiere hacer daño a otra, deben ser capaces de impedírselo. No deberán ser personas egocéntricas capaces de quedarse descansando en su casa mientras ocurren las peores catástrofes, felices de que a ellas no les afectan. El verdadero líder siente en su propia carne los problemas de los demás, y hace todo lo que está a su alcance por ser de ayuda.

2. Deben temerle a D-s. Deben ser personas intrépidas, que Le teman a D-s, pero que no le teman al hombre. No deberán impresionarse frente a los ricos ni a los poderosos.

3. Deben ser hombres que buscan la verdad; personas que hacen lo que dicen, y cumplen con su palabra. Entonces la gente les hará caso, pues sabrán que pueden confiar en ellos.

4. Deben ser personas que aborrezcan las ganancia. Deberán despreciar hasta su propio dinero, y ciertamente no deberán desear el dinero de los otros. Si alguien le dice que le debe dinero, lo paga de inmediato, sin que los tengan que llevar a la corte. Ellos pagan sus deudas de inmediato sin que haya que forzarlos. Además, deberán ser personas que no se dejen llevar por los placeres mundanales ni aspiren a conseguir estatus, honor ni riquezas. Deben despreciar el dinero, y no tratar de obtener más dinero del necesario para poder vivir. Si son personas adineradas deberán estar satisfechas con los que tienen, y no buscar grandes tratos de negocios para amasar una fortuna aun mayor.

Un juez como lo define la Torá debe siempre decidir el caso de acuerdo con sus méritos y de conformidad con la ley, sin ningún otro tipo de consideraciones. Aunque tema una pérdida su único faro deberá ser la verdad. Le esta prohibido tomar una decisión que no este en conformidad con la ley, aunque le pague a la parte que perdió el juicio. La personas que ‘desprecian el dinero (betza)’, betza denota ‘dinero’ o ‘ganancia’ y también muchas veces robo. Sin embargo, cuando la Torá habla de esa gente, diciendo que ‘odia el robo (betza)’, eso no significa sólo que no roban, sino que va más allá, odian todas las formas de robo y de deshonestidad. Por eso, cuando ven que una persona roba o engaña a otra, toman la iniciativa para evitarlo. Literalmente odian la deshonestidad y no la pueden tolerar; a tal grado que el sólo pensamiento de deshonestidad les resulta intolerable.

En el consejo de Yitró, donde dice que deben juzgar al pueblo “en todo momento”, se indica que otro requisito del juez, será estar libre de toda ocupación, de tal manera que no se tenga que preocupar por ninguna otra cosa, ya que todo el tiempo debe estar dedicado al estudio de la Torá. Además debe estar disponible siempre, para evitar que la gente decida mejor no hacer un juicio debido a que tiene que esperar, y determine que hacer eso le generaría una perdida monetaria mayor, de tal manera que prefiere no hacer nada al respecto.

Ahora bien, todo el tema tratado tiene la finalidad, de esclarecer el fundamento principal de la Asociación Civil Benei HaShem International Society, la cual es cumplir con la voluntad Divina estableciendo Justicia, Verdad y Paz en este mundo. Para ello transmitiendo que este mundo se rige por leyes, que preservan todo cuanto existe y a la vez inspiran temor, creando una armonía que nos lleva a confiar en nosotros y en los demás, despertando nuestra esencia, que nos lleva a ser sinceros, permitiéndonos ver en todo momento la verdad, lo cual se manifiesta en hacer cosas que generan vida en nosotros y en los demás, fortaleciendo la autoestima de la persona, que le motiva a esforzarse por el sólo hecho de ayudar a los demás, construyendo un mundo de paz. Cuando hacemos esto, estamos creando una morada para nuestro Creador en este mundo inferior.

En esta Asociación Civil se conjuntarán los dos tipos de personas que existen para D-s: Judíos y No Judíos. Teniendo 4 estatus de miembros: 1. Noájida; 2. Prosélito; 3. Anusim; 4. Judío. Donde todos tienen en común creer en Un sólo D-s que controla y dirige todo lo que existe, que es Eterno y Único, no corpóreo, con una Unidad tal que ningún fenómeno o accidente físico Le ocurre. Además de que todos los miembros desean cumplir con las Leyes que el Santo bendito Él ha establecido para cada persona; el Noájida cumplirá todas las leyes pertenecientes a las siete categorías, mientras que el Prosélito, Anusim y Judío a todos los mandamientos correspondientes a las 10 categorías. El más importante rasgo que tendrán y compartirán todos es el auténtico deseo de servir al bendito Creador, trabajando en unidad.

1 La Torá. También conocido como Pentateuco. Es el nombre que se le da a los primeros cinco libros de la Biblia: Bereshit (Génesis), Shemot (Éxodo), Vayikrá (Levítico), Bamidvar (Números) y Devarim (Deuteronomio).

2 Rabí Moshé ben Maimón nacido en Córdoba, España. Quien fuese Rabino, médico, matemático y filósofo del siglo XII. Cuya obra más importante fue el Mishné Torá (La repetición de la Torá).

3 El Midrash, es una exposición de los pesukim (versículos) de la Torá que surge de nuestros sabios, después de haber sondeado en las profundidades de cada pasuk (versículo) y en todas las palabras y letras del mismo en busca del verdadero significado interior. Sin embargo estas enseñanzas de moral Divina están disimuladas en cuentos, adivinanzas, parábolas y proverbios enigmáticos. Estos son inteligibles para los legos, sólo pueden ser descifrados por un circulo limitado de estudiosos de Torá, cuyos maestros les han transmitido las llaves para poder extraer el conocimiento. Estos, a su vez, revelaron a sus discípulos que el texto literal de los Midrashim es solamente una investidura exterior que disimula su alma y verdadera esencia. Si alguien leyera los Midrashim sin estar familiarizado con el código, eludiría su verdadero significado.

4 Likutey Halajot . Escrito por el Rabí Natán de bendita memoria, el díscípulo más cercano de Rebe Najmán, esta es una obra que consta de una serie de volúmenes sobre Halajá (códigos de la Ley Judía), siguiendo el orden del Shulján Aruj (La Mesa Servida, es un compendio de todas la leyes Judías), enfatizando las conexiones y los profundos significados de las leyes según las enseñanzas del libro Likutey Moharán del Rebe Najmán de bendita memoria.

5 Meam Loez. Fue escrito originariamente en idioma ladino por el Rabino Yaakov Culi, uno de los más grandes sabios sefardíes de todas las épocas. Los especialistas consideran al Meam Loez un clásico de la literatura judía, similar al Talmud y a la Mishná. Ya que es una antología de comentarios, relatos y leyes sobre todos los libros del Tanaj (Biblia).